
Los nombres seleccionados en esta galería de maestros del espionaje contemporáneo responden
al título del libro, Los espías que estremecieron al siglo. Su fama ha roto las barreras del anonimato que protege a los combatientes en la sombra. Todos ellos consiguieron éxito en su papel de engañar al rival, contando muchas veces con la suerte y sin entrar en valoraciones de signo ideológico o moral. No están, desde luego, todos los que fueron, pero sí que son todos los que aparecen. La mayoría de ellos actuaron por idealismo motivados por la entrega a una causa. Los buenos espías, al contrario de lo que suele creerse, raras veces actúan sólo por dinero.
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