Miguel Ángel Casaú (Cartagena, 1963) acaba de publicar su tercera novela: Dalípoli, ciudad de consumo intensivo, una obra que quedó finalista en el premio de literatura de terror Ciudad de Maracena 2010, y que reflexiona sobre la alienación del hombre en el marco de una ciudad ficticia. Casaú regresa a la primera fila de la narrativa de ciencia ficción, tras De dioses, hombres y demonios, donde se adentró en el mundo de las sectas satánicas, y Felicity, donde dibujó una sociedad en la que existían pastillas que daban la felicidad. Ahora, con Dalípoli, entra en un territorio en el cual se premia el consumo hacia el que podríamos estar abocados. Su ciencia ficción no es la de los robots y las naves voladoras, sino la de la distopía, que según él «es un género que se mueve en un futuro inmediato y que trata de ser muy crítico con todo lo que ve o no le gusta de esta sociedad».
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