José Rubio Sánchez y José Miguel Cuesta Puertes nos sumergen en una de las civilizaciones más míticas: la Atlántida. Hace más de 80.000 años, según las leyendas y tradiciones de muchos pueblos que aún guardan el recuerdo de lo ocurrido, una gran civilización extendió su imperio por mares y tierras, dominando varios continentes: Atlántida. Su nombre resuena despertando una memoria olvidada. La patria de los hijos de Poseidón. ¡Atlántida! Fantasía para unos, realidad para otros. Quizá una civilización que vino de las estrellas o que alcanzó las cumbres de la ciencia y la tecnología para luego caer en el abismo de la barbarie; quizá la cuna de la magia, o tan sólo un arquetipo, un bello sueño idealizado de lo que podrá ser un mundo futuro.
En las páginas de El Emperador del Sol de Medianoche. El ocaso de la Atlántida descubrimos una civilización donde se enfrentaron fuerzas terribles; donde reinaron Dinastías Divinas y poderosas Órdenes de Magos. Una civilización perdida en los meandros del tiempo en la que el ser humano tuvo que soportar batallas y cataclismos terribles, donde la ambición llevó a las más grandes traiciones y a los más sublimes sacrificios. Hombres, al fin y al cabo, enfrentados al Destino inexorable.
En las páginas de El Emperador del Sol de Medianoche. El ocaso de la Atlántida descubrimos una civilización donde se enfrentaron fuerzas terribles; donde reinaron Dinastías Divinas y poderosas Órdenes de Magos. Una civilización perdida en los meandros del tiempo en la que el ser humano tuvo que soportar batallas y cataclismos terribles, donde la ambición llevó a las más grandes traiciones y a los más sublimes sacrificios. Hombres, al fin y al cabo, enfrentados al Destino inexorable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario